Luxemburgo: Proclamación del Gran Duque Enrique

El Gran Duque Juan de Luxemburgo abdicó el 7 de Octubre del 2000 en favor de su hijo primogénito, el Príncipe Enrique, después de 36 años de reinado.


 Como ya había anunciado algunos meses antes, el Gran Duque Juan de Luxemburgo, de 79 años, abdicó a favor de su hijo y heredero.

Vistiendo el uniforme de Jefe de las Fuerzas Armadas, el Gran Duque Juan firmó el documento de abdicación y, después, muy emocionado, abrazó a su hijo.

Muy emocionada estaba la Gran Duquesa Josefina Carlota, que se traslado desde París para la ocasión, y donde estaba junto a su hijo Guillermo, que durante tres meses luchaba por sobrevivir después de un gravísimo accidente. Al finalizar la ceremonia regresó rápidamente al hospital donde estaba ingresado su hijo.


Presentes en el acto, además de la Familia Gran Ducal, estarían los Reyes de Bélgica, Alberto y Paola, y la Reina Beatriz de Holanda.
Siempre al lado del nuevo Gran Duque Enrique, su esposa, la Gran Duquesa María Teresa, que para honrar la memoria de su nombre y de sus antepasados, firmó en español.

El Gran Duque Juan firmando su abdicación
Tras la firma de abdicación, el nuevo Gran Duque se trasladaría a la Cámara de los Diputados, situado junto al Palacio Gran Ducal, para oficializar su ascenso al trono mediante el juramento de lealtad a la Constitución, ya que no existe una ceremonia de coronación propiamente dicha.

Los nuevos Grandes Duques con sus cinco hijos
 La ceremonia no estuvo presidida por ninguna insignia real, ya que en Luxemburgo, aunque curiosamente en el escudo de armas está representada la Corona Gran Ducal, realmente no existe ni Corona, ni ningún otro tipo de insignia.

El Gran Duque rodeado de su esposa y de su hijo mayor, el Príncipe Guillermo
En el centro de la tribuna se ubicó un trono para el Gran Duque, tras el que se encontraba el monograma de Enrique (una H coronada), y a izquierda y derecha del trono se colocaron la Gran Duquesa María Teresa y sus cinco hijos, los Príncipes Guillermo, Félix, Luis, Alejandra y Sebastián.

El Gran Duque Enrique prestando juramento
Henri, de 45 años, tras el juramento pronunció su primer discurso, en el que animó a los ciudadanos a conservar los valores familiares, asegurar la igualdad de derechos para hombres y mujeres y a no ser cegados por su propia prosperidad que viene de la flexibilidad bancaria que han traído cientos de instituciones financieras a oficinas del centro de la ciudad.

S.A.R. el Gran Duque Enrique de Luxemburgo
 En el discurso, en luxemburgués, el Gran Duque Henri preguntó:

"Hemos recibido mucho. ¿Damos bastante a cambio? 
¿No somos demasiado egoístas?"


Presenciando el acto se encontraban los Reyes de Bélgica (tíos del nuevo Gran Duque), la Reina Beatriz de Holanda y los Grandes Duques Juan y Josefina Carlota.
Tras ellos los hermanos de Enrique, las Príncesas Astrid y Margarita y el Príncipe Juan, acompañados de sus cónyuges.

Los Reyes de Bélgica, la Reina de Holanda y la Familia Gran Ducal

Después, Enrique y María Teresa, saludaron a sus súbditos desde el balcón del Palacio Gran Ducal, donde serían acompañados primero por sus cinco hijos, y después por sus padres y hermanos.


 También saldrían al balcón del palacio la Reina Beatriz I de Holanda y los Reyes Alberto II y Paola de los belgas.

La asistencia de los monarcas vecinos era imprescindible, ya que los tres países (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), es decir el BENELUX, son grandes aliados y el origen de la Comunidad Europea.

Además de las razones familiares, ya que la Gran Duquesa Josefina Carlota, nació Princesa de Bélgica, y por tanto es hermana del Rey Alberto II.


La divisa nacional del país es 'Queremos ser lo que somos'

 A continuación, y debido a la tradición religiosa de la monarquía luxemburguesa, se celebró una misa en la Catedral de Notre-Dame de Luxemburgo.

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